as redes privadas virtuales (VPN) permiten crear una conexión segura y cifrada entre un dispositivo y una red remota a través de Internet. A diferencia de una conexión convencional a través de Internet, la conexión VPN utiliza un servidor intermediario que encripta los datos del usuario. Así, elementos como la dirección IP o la ubicación del usuario no son visibles. Por lo tanto, una VPN ofrece mayor seguridad y privacidad. Sin embargo, pueden existir restricciones para su uso.
¿Cómo funcionan las redes privadas virtuales (VPN)?
Las redes privadas virtuales, Virtual Private Network o VPN son un servicio que permite crear una conexión segura y privada entre un dispositivo y otra red. Funcionan sobre la red pública de Internet, cifrando o encriptando la identidad del usuario.
En realidad, el uso de las VPN puede vulnerar algunas restricciones. Por ese motivo, antes de conectar una VPN es importante conocer las leyes de cada país y utilizarlas de manera responsable.
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Las redes privadas virtuales tienen varios usos y beneficios. Por ejemplo:
- Proteger la privacidad y datos personales cuando se utilizan redes Wi-Fi públicas o inseguras.
- Mejorar la velocidad y rendimiento de navegación. Esto se debe a que se evita la congestión de red o las limitación de ancho de banda por parte del proveedor de Internet.
Para conectarse a una VPN se debe descargar e instalar una aplicación en el dispositivo. Luego, se debe elegir un servidor VPN al que conectarse, el cual puede estar en cualquier lugar del mundo. Una vez establecida la conexión, el servidor VPN crea un “túnel” a través del cual se desarrolla todo el tráfico de Internet del dispositivo. Así, la dirección IP que identifica la ubicación y dispositivo del usuario es reemplazada por la del servidor VPN, aumentando la seguridad y privacidad de la comunicación.
¿Cómo elegir redes privadas virtuales (VPN)?
Las aplicaciones para acceder a redes privadas virtuales están rodeadas por un halo de mitos y dudas. De hecho, se han utilizado para acceder a contenidos bloqueados o restringidos por la ubicación geográfica. También, para vulnerar derechos de autor mediante la transferencia de archivos.
Aunque la idea de utilizarlas puede parecer muy tentadora, es importante saber que no todas las aplicaciones VPN son confiables o legales. Incluso algunas pueden ser falsas o hasta peligrosas. De hecho, las aplicaciones VPN gratuitas pueden ser especialmente riesgosas, ya que pueden almacenar registros de actividad, bloquear el tráfico o infectar el dispositivo con malware.
Por eso, se recomienda usar redes virtuales privadas de calidad, que ofrezcan un cifrado fuerte y una variedad de servidores a fin de proteger realmente la privacidad en línea.
Elementos a tener en cuenta
- Seguridad. La seguridad de la aplicación es un factor muy importante. Muchas aplicaciones, especialmente las gratuitas, pueden tener vulnerabilidades o malas configuraciones. Incluso pueden ocultar malas prácticas, como la exposición de la dirección IP real del usuario o la venta de datos. Una buena VPN debe ofrecer un alto nivel de cifrado y una política de no registros. Además, una función que permita cortar la conexión si la VPN falla y protección contra filtraciones de la IP real.
- Velocidad. La aplicación debe garantizar una velocidad rápida y consistente, sin limitar el ancho de banda ni reducir el rendimiento. La clave es que cuente con una red amplia de servidores en diferentes países y regiones. A la vez, conexiones optimizadas para evitar la congestión del ancho de banda del proveedor de Internet.
- Compatibilidad. La aplicación debe funcionar en todos los dispositivos y sistemas operativos del usuario. Se recomienda elegir aplicaciones fáciles de usar e intuitivas, y soporte técnico 24/7.
- Privacidad. La VPN debe respetar la privacidad y derechos digitales del usuario. Es decir, no guardar ni compartir la información con terceros. Es importante verificar que esté registrada en países con leyes favorables a la protección de la privacidad.
Usos prácticos de las redes virtuales privadas en la empresa
Como vimos, las redes privadas virtuales (VPN) son sistemas que permiten crear conexiones seguras entre dispositivos a través de Internet. Si bien pueden ser populares entre usuarios individuales, ya que permiten saltar ciertas restricciones geográficas, sus verdaderos beneficios se verifican en el mundo corporativo.
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Veamos algunas de estas aplicaciones:
- Acceso remoto. Es una de las principales aplicaciones de las redes privadas virtuales en las empresas. En esencia, permite conectar los dispositivos de manera segura fuera de las oficinas corporativas. Los dispositivos se conocen como terminales. En tanto, pueden ser computadoras portátiles, tablets o smartphones. Así, los empleados pueden trabajar desde cualquier lugar y acceder a los recursos de la red corporativa, como archivos, aplicaciones o correo electrónico. Ofrecen una mayor seguridad y privacidad al cifrar el tráfico y evitar que las personas no autorizadas accedan a los datos.
- Sitio a sitio. Las redes privadas virtuales permiten conectar las oficinas centrales con las sucursales. Esto aplica cuando no es posible la conexión directa de red entre oficinas. Se usan equipos dedicados para establecer y mantener la conexión. De esta forma, se crea una red unificada que facilita la comunicación y la colaboración entre los equipos de trabajo. También se reduce el costo y la complejidad de la infraestructura de red.
- Servicio al cliente. Las VPN permiten que los clientes accedan a los servidores web de la empresa en forma segura y rápida. Por ejemplo, si la empresa tiene un portal web donde los clientes pueden consultar sus facturas, pedidos o reclamos, las redes privadas virtuales garantizan que solo los clientes autorizados puedan ingresar al portal. Al mismo tiempo los datos están protegidos. Así, se mejora la experiencia del cliente y se fideliza su relación con la empresa.

Tipos de VPN
Para finalizar, debemos saber que existen diferentes tipos de redes virtuales privadas. Las diferencias se basan en el protocolo utilizado para establecer la conexión cifrada. Desde este punto de vista, los protocolos más comunes son:
- OpenVPN. Es el más popular y seguro. Utiliza un alto nivel de cifrado y es compatible con la mayoría de los dispositivos y sistemas operativos. Además, es de código abierto, lo que significa que cualquiera puede revisar su código y verificar su seguridad.
- IKEv2/IPSec. Es un protocolo muy rápido y estable. De hecho se utiliza especialmente para conexiones móviles. También ofrece un alto nivel de seguridad y es compatible con la mayoría de los dispositivos. Sin embargo, puede ser bloqueado por algunos cortafuegos o redes restrictivas.
- L2TP/IPSec. Se trata de un protocolo antiguo. Sin embargo es muy confiable. Ofrece una buena seguridad pero una velocidad moderada. Es compatible con casi todos los dispositivos. Por otra parte, al igual que el anterior, puede ser bloqueado.
- PPTP. El más antiguo y rápido de los protocolos, pero también el menos seguro. No se recomienda su uso, ya que puede ser vulnerado por ataques informáticos y bloqueado por cortafuegos o redes restrictivas.
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Hasta acá llegamos con la nota “Redes privadas virtuales (VPN): Seguridad y privacidad en tus comunicaciones”. Esperamos que te haya sido útil. Recordá que en USS Seguridad Integral somos especialistas soluciones de infraestructura tecnológica. Contactanos para más información.
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